Cuando no se duerme...

Los minutos son algo más largos,
el tedio me parece gigante,
me enrostra los anhelos
que sigo esperando,
ese maldito barco,
que no llega aún al puerto,
eso que tiene tantos nombres
y que sin embargo,
no puedo más,
que definir como incierto.

Eso que cuando hay silencio,
me recuerda otra vez
que sigue existiendo,
el maldito ruido venenoso...

No he podido arrancar,
esta puta amalgama,
de pesares
y sentires fantasmas.
Sigo estando donde mismo,
donde nada ha dado inicio,
todo sigue igual,
todo aburre,
todo y nada es casual.

No estoy triste,
si eso llegase a parecer,
no estoy alegre,
es lo obvio a razonar,
no busques eso,
que no existe
en este verso,
estoy líneal,
estoy poco formal,
casi tan casual,
no tan natural.

No quiero ningún lamento,
del tedio, me saldré solo,
de lo otro, quién sabe.

Cuando no duermo,
recuerdo el motivo,
por lo cual no duermo,
de tanto ir al póker,
me he aburrido de ello.

Ya quiero irme de viaje,
otra vez,
un viaje largo,
sin retornos,
sin despedidas de Joaquín,
y nada más de Rodriguez.

Cuando no duermo,
dictamino,
examino,
concluyo...

Cuando no duermo,
pienso en mis malditas muertes,
y donde se esconde
mi tan anhelado tesoro.
Pienso en mi condena,
en seguir renunciando,
sin encontrar,
ese dichoso contrato.

Que me ejecuten,
ya quiero jubilar,
de tanto renunciar,
Quiero otro trabajo,
deseo descansar,
el alivio para esta
maldita muerte
y el pesar.

Ya me maté otra vez,
renuncio a mi estupidez,
a mi necedad,
de creer que,
que todo tiene
un posible revés.

Ya estoy harto
de este ritmo,
de estos giros,
de este sentido.

Ya aburri de ser piadoso,
de ser comprensivo,
de ser cariñoso.

Ya me voy lejos de aquí,
donde lo viejo y tedioso,
se quede ahí,
y tal vez porfin,
pueda ya dormir,
sin estos momentos,
en los que no puedo dormir.

Y una tumba encontraré,
para morir otra vez...
En espera de algo,
que haga que merezca
volver a renacer.