Thursday, June 29, 2006

Los caprichos de mi pluma

Es ella quién me llama cada vez que desea conversar...

Este bello instrumento de joven y primeriza faceta de escritor.

El regalo de mi Viejo, ya hace unos cuatros años.

Este mismo ser, que parece inanimado, pero al cual y sin querer, cuatro años atrás, le otorgué parte de mis sentimientos y hoy vive.

Es la última en decir algo a favor de los aciertos, puesto que es en ella en la última que pienso.
Y a su vez, es la primera en decir algo, cuando le toca actuar sin remedio al lamento.

Socia y productora de los anteriores escritos aquí publicados.

Unas cuantas canciones hay a su haber...

Tiene una vida reservada, un uso exclusivo y vive en las mejores condiciones.

Simplemente, si no quiere escribir no lo hace, y ya me cuesta buscarme otra asistente cuando su porfía abunda.

Aunque sus caprichos son los menos, cuando los comparo con los míos...

Jamás pensé en que junto a la Musa de las seis voces, se volverían en lo imprescindible de cualquiera de mis días...
Aunque tenga mucho que hacer, siempre me doy dos minutos, uno para la Musa y el otro para mi pluma...

Thursday, June 22, 2006

Lo que me dijo una canción

A altas horas de la noche, sin lograr conciliar el puto sueño y luego de leer durante un buen rato “textos de temáticas modernas”... ojalá hubieran sido escritos algo más artísticos... El sentido poco atrayente de la Informática, sólo me obliga a comprender líneas carentes de vida, es un mundo alucinante, pero plano.

Buscando algún modo de relajación, descubrí entre el caos de papeles y discos compactos a Paco. Hace pocos días atrás, había escuchado una canción en particular que me dejo “Rayando la papa”, como digo a ratos, cuando me refiero a algún hecho que considero menos cuerdo que alguno mío. La canción es: “Mediterráneo Sundance/Río Ancho”, no por lo virtuoso de los exponentes, sino que es ir un poco más allá, el estado provocado en ellos que los llevo a tocarla de esa forma. Me dije:

“Que envidia... Me gustaría sentir eso...”

Logré dormir luego de un rato musical, ciento por ciento placentero.

Volvió mi sentido a la actividad, e instintivamente, abrí el estuche de Alahambra y conversamos... aunque en realidad, sólo intenté imitar a aquellos españoles de los cuales aún sentía envidia.
De un momento a otro, sentí desconectarme, Alahambra era lo único que oía, ni siquiera sentía a mi Vieja que estaba al teléfono.

“Improvisa...”
“Improvisa...”
“Háblame de ti...”
“Toca lo que viene de tu corazón...”
dijo repetidamente Alahambra.

Comencé así un trance... Sólo toqué. Ese rasgueo veloz típico del flamenco...Luego vinieron unos pocos punteos... Ya sonaba a canción, así durante unos cinco minutos, hasta que de súbito golpe, volví a lo real y mi Vieja observando dijo:

“Que bonito mi niño...”
“Vi cómo hablabas con las cuerdas, contando tu canción...”


Al rato solo, pensé: “Y esto de dónde salió...”

“Te habló una canción”.
“Te habló una canción que vino del corazón”.
Dijo Alahambra.

Hoy titulé a esa canción: “Danza de Amor entre el Chaval y el Corazón”.
Pero... Aún sigo pensando que es lo que le dijo el corazón a mi sentir...
Duda naciente de una tarde de Improvisar al ritmo del Cigarro y La Guitarra.

Tuesday, June 20, 2006

Un gesto...

Caminando, con poco cuidado por la ciudad llena de hojas....
Quebrándolas con mi pesado paso, sonaban cuales notas músicales.
De tanto caminar, encontré algo tirado en aquel concierto de notas, en el tapiz de hojas...
Una flor...

"¿Qué hago con esta bella flor?..."

Seguí caminando con la duda del que hacer...
Hasta que me detuve y observé...
A lo lejos, divisé a una joven, con un rostro desecho, tal vez por las horas de llanto, o el momento solo...Me acerqué... y le dije:

"Una flor... para otra que parece estar sin agua..."

Miró con ganas de decir algo...Sólo le dije:

"Quédatela y se feliz..."

Su sonrisa me bastó, para saber que elegí bien el destino de la flor...

Que fácil es el ser un poco humano, entre esta selva de robots estresados...

Thursday, June 15, 2006

El otro día

El otro día, llovió…
Que feliz momento,
me mojé y harto, si, incluso hasta aquello,
sólo con el afán de caminar,
bajo las lágrimas del cielo
o el sudor derramado por el combate de las nubes,
ese mismo que cae a la tierra
y ese mismo que esperaba hace un tiempo.

Al otro día, no llovió, pero hizo frío…
Un Sol medio cobarde o sin mucha fuerza,
anunciaba el comienzo de ese nuevo día,
donde, otra vez con afán, camine sobras las hojas,
evidencias ya sea de las lágrimas del cielo,
o del combate de las nubes.
El sonido de su quiebre, el de las hojas,
me parecían notas musicales,
que seguí tocando,
tan sólo con mis pies.

Después de un par de días,
me topé con amigo,
un amigo ya crecido,
cineasta, César Yánez,
su rostro, algo más viejo,
seguía siendo el mismo.
Nos conversamos unos cuantos puchos
y unos cuantos litros de cerveza…
“Puta que estamos viejos hueón!”
“Que querí’ que te diga…”
Teníamos razón…
Refutaré a un viejo escritor diciendo:
“Nosotros, los de entonces…
aún somos los mismos…”

Luego de ese conjunto de días,
llamado Semana,
me topé con un rostro,
que sólo me sonó a traidor…
Me esquivo…
Será algo pendejo, pero en esa,
“Batalla de Miradas”,
salí vencedor…

Hace un par de días,
decía: “Que fome mis días…”.
Un amigo me dijo: “De adónde Hueón”.
Lo sé, tienes razón,
sólo es que no los veía…

Hoy día,
me dio por escribir esto,
un resumen de mis días…
Hay varios en el tintero,
así como también,
varios días por vivir,
eso dice mi contrato:
“Contrato indefinido,
hasta que usted sea un finado…”

Finado o funado,
vivo o muerto, sé que existen estos días,
días como este en los que me da…
Por escribir...

Monday, June 05, 2006

Este Sentimiento

A ratos me invade la desesperación,
sumido en un tornado de ignorancia completa,
en una revuelta desenfrenada de ganas de saber.

Que lo único que hay en mi plato,
es una tajada de ansias sin futuro aparente
y una copa de licor de incertidumbre,
junto con esa servilleta típica y común
de inconformismo y aceptación,
aceptando ese simple hecho,
tan lúcido como el cristal recién limpiado por la lluvia,
eso que se cae de maduro,
o lo obvio mismo,
sin conocer el futuro,
espero algo que no llega aun al puerto.

Que esa mano de Póker que creí que ganaría,
un proyecto de escala celestialmente construida,
esa terca creencia de juego perfecto,
me dio a entender,
que en el Póker, soy aun un novato
y que en la vida, hay más de una partida.

Sigo y sigo jugando manos que parecieran perfectas,
que a ganador, con esta mano, cualquiera iría por ese premio mayor
y que sin embargo, aquel pelafustán que redacta este libro juvenil,
insiste en prolongar, lo que sería alguna vez, otro triunfo mío.

Que parece que aun tengo mucho por aprender,
varias manos en el Póker, he de seguir perdiendo,
he de seguir conociendo y gastando este dinero fantasma,
ese que se descuenta del banco del corazón.

Siempre me ha gustado el término: Jugador.

Soy ese mismo que juega a cantaor,
al Póker, al billar, a las rondas de cervezas,
al trovador juvenil e inexperto, que cuenta historias pasadas,
e inventa algunas venideras,
en señal de deseos,
de más aventuras,
de más novelas,
de más odiseas de Héroes,
de combates de Paladines.


Ese mismo que renuncia de vez en vez,
cuando la tristeza del no poder,
se apropia de la escena
y del mismo que insiste,
cuando es la hora,
de ser el protagonista,
de alguna novela en la cual,
deba raptarme el cariño de una joven,
la atención de una dama,
la mirada de una musa
y porque no,
ser eso que acurruca,
en los sueños de su alcoba.
Sin duda y es obvia su repetición,
de las ganas de otra inspiración,
de otra motivación,
de una compañera de caminatas,
bajo el Sol, la Luna, la lluvia,
disfrutar el sonido de la hojas quebradizas del invierno,
del renacer de los colores primaverales…

O de simplemente,
observarle por largos periodos,
de recorrer con mis ojos,
aquel rostro, que me habla sin sonidos,
que para ese entonces, es perfecto,
es misterio,
es símbolo de ternuras,
es reflejo de almas.

Recorrer esos ojos,
que son ojos que no huyen de los míos,
son esos que me siguen en mis sueños,
son los mismos que hoy no existen en mis cuentos,
pero que sin duda espero aparezcan al paso de mis letras,
al paso de mis horas, de mis momentos
y que sean algo real y no un anhelo con esa pizca de lamento.

De ese sentimiento que quisiera negar, negar y negar,
de ese anhelo que intento ahogar, o manejar,
disipar, disparar, ocultar
y a su vez, que deseo experimentar,
gozar, disfrutar, contemplar.

Que la musa, vuelva ser María, no la anterior,
si no ese concepto, de mujer inspiradora,
de musa perfecta sin serlo,
de sueño tangible,
de esas ganas locas de pertenecerle,
de ese beso pendiente,
de esa miel desconocida por estos labios.

No cabe duda,
que si no fuera por ello,
distinta sería mi prosa,
distinto sería este verso,
distintos serían los cuentos
y claramente,
distinto sería este momento.

Y no quiero que distinto,
sea este sentimiento…

Toujours...

Siempre quise ser pirata... desde niño Siempre quise a mi Guitarra, desde siempre. Siempre quiero... siempre. De niño quise siempre ser de a...