Pared singular, no ladrillos...
Silencioso ruido molesto sin oirlo,
Un Sol de Medianoche alumbra el paraje, teñido de sombríos y cálidos negros grises.
Cómo pensar en un piano que vierte agua, o tal vez no sea agua y más bien sea música líquida, impalpable, de tonos claros, sencillos y de una armonía digna de obras celestiales, o de cantos matutinos de algún gorrión enamorado en los bosques nórdicos o sureños de mi mente.
Nórdicos o del sur, del sur de esa inmensidad marina de pensamientos, de la inmensidad que sólo tiene barreras más allá de mi ser, alma, corpus, mi ego.
O cómo desdoblar un reloj sin desdoblar el tiempo, o desdoblarme,
Siempre para entender debe haber un cómo y un porqué,
Sin simplemente ser, o hacer, deshacer, desdoblar, renacer.
Simplemente divagar, creyendo nadar en en el bosque,
o saltar en la cama de tus padres, creyendo de nuevo tener cinco o diez años,
contemplar como un chanchito de tierra se enrosca,
o como nace una mariposa...
A ratos desearía volver a esa concepción de las cosas y poder mezclarlas con algunas actuales...
Perder el miedo a ser otra vez extravagante,
O retomar ese andar caminante,
Y de tanto querer y querer recuerdo,
que cada día estoy algo más viejo,
pero no por eso debo perder el tiempo en reclamar o querer,
si no simplemente actuar.
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Una espada que se blande en lo oscuro,
desgarrando las tiras de la penumbra ocasionada por el silencio de esa Noche.
Un guerrero en busca de ese camino hacia la luz, decidió dejar de luchar.
Sus compañeros lo intentan alentar a salir de aquel espacio oscuro,
evitar que caiga de nuevo en ser etéreo.
Inexistente...
Procurando la felicidad de los demás,
cree su influencia negativa en nuestras vidas,
mas será realmente así?,
creerá que todo debe ser cómo él lo ve?
Angustia me nace en el corazón,
al no poder realizar ninguna acción,
por lo menos por ahora,
mi certeza es que estoy aquí, por siempre...
Dedicado a J.T.S.
Por acá siempre estaré, aunque te vuelvas etéreo...
Entre dejar cosas y tratar de retomar otras, me dio amigdalitis.
Fin...
1 comment:
Es cierto, se echa de menos muchas veces esos tiempos donde uno miraba las cosas tan simples,o tan alocadas,sin ese peso impuesto por las costumbres y el vivir cada día.
Es tan simple querer hacer de todo,volar, cantar, incluso soñar,para todo eso hay un costo,si es que además no le sumamos tal vez un imposible,aunque todo es medianamente posible.
Ya me puse César para mis cosas.
Ojalá ese ser etéreo se de cuenta de las intenciones y que ese Gato Negro encuentre aquello que merece,que está vez tú no lo pudiste entregar.
Ahora a tí te toca descansar.
Un abrazo amigo.
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