La llamo vieja… pero sin duda que es mi mejor amiga…
Su nombre es Norma, pero a mi me suena a todo…
De su vientre un día en el 81, conocí por primera vez el mundo…
Una de las pocas personas que me conoce tanto…
Un verdadero espejo,
el mejor hombro donde puedo apoyarme.
Sin duda que sin verla, mis días serían funestos.
Tantas facetas, tantos momentos, tanto perdonarme…
tanta alegría, los llantos juntos, el apoyarme…
el apoyarnos, el ayudar a levantarme, el motivarme…
Y ese carácter que nos destaca,
que nos une y nos enfrenta,
que nos pelea y nos conversa
Inti, Víctor, Joaquín e Ismael,
Silvio y por supuesto Joan Manuel…
El beso del buen día… el cigarrillo que une, que rompe enojos…
el café que nos tienta…
y el güisqui… que nos embriaga…
El amor por el mar…
La luchadora de esta familia de niños…
La Madre de estos tres críos…
Mi Padre, Mi Hermano y Yo.
Tengo una deuda con ella… debo ser Feliz… por mi y por Norma, Mi vieja.
El como soy, se lo debo en gran parte a ella…
Somos iguales, algo solos… pero así somos…
Queremos tanto, que a ratos nos cansamos, pero no de querer…
A pesar de alejarnos de los nuestros… nunca logramos estar solos…
Porque nos tenemos ahí, el uno al otro… los amigos… Madre e Hijo.
Unas letras he creado,
de unas letras han salido,
estos versos mi vieja...
Letras a mi Madre.
Monday, July 10, 2006
Monday, July 03, 2006
Mi noche en un bar
Fue una noche algo novedosa, teniendo en cuenta que me he puesto tan casero, tal vez será porque ya me siento agotado, o la vida me pasa a ratos la cuenta de mis vivencias más juveniles, más de antaño, donde no conocía el límite de la hora, donde mientras había una copa y un amigo, daba rienda suelta a esa faceta de bohemio, que me caracterizó durante algunos años.
Ayer volví a intentar ser bohemio, claro, estoy algo más viejo, aún así, en la barra de aquel bar, disfruté de una velada bastante agradable y que extrañaba hace bastante tiempo.
Recuerdo de los personajes que giraban en torno a una copa de alcohol, a la música, el jazz... Recuerdo también una canción “Take Five” interpretada por Dave Brubeck Quartet que sonaba en ese momento y miraba a Rodolfo, el amigo bohemio que estaba al lado mío y le dije:
“Puta que es buena esta canción hueón”. Dije con un tono efusivo.
“Si hueón, está como para fumarse un cañito”. Dijo Rodolfo con cara de cabro chico malo.
“Jajá, hace tanto tiempo que sólo le doy a mis pulmones tabaco mezclado con mierda”. Le dije con un tono de risa.
“Si caché hueón, estai muy bueno pal puchito”. Me dijo en tono de recriminación.
Así pasamos un buen rato intercambiando comentarios, unos bastantes graciosos por lo demás y recordamos juntos las épocas veraniegas, cuando salíamos a hablar de la vida, y nos acompañaban las chelas, un pitito y los puchitos infaltables para las tertulias.
Habían buenos exponentes del sexo opuesto, más de alguna se acreditó un aplauso y su correspondiente cara de vergüenza, aunque hubo una en especial, que sólo se remitió a reír y dar las gracias.
Ya con varias copas encima del cuerpo, decidí emprender el camino de retorno a casa, me despedí de mi compadre y comencé el viaje de regreso.
Expeliendo humo y algo pasado a piscolas, llegué a casa... No había nadie, así que me hice un Express, de esos que te resucitan el alma y a la cama.
Amanecí con una resaca de la puta madre, pero con un sentimiento alegre, había vuelto atrás en los años, donde solía pasar la noche con los amigotes en bares de Santiago, incluso algunas veces, nos subíamos al escenario y cantábamos alguna canción de Silvio o de Inti y sacábamos aplausos y más tragos.
En esos bares conocí muchas cosas que en ese tiempo consideraba de películas.
Es un mundo bastante particular y bastante atrayente durante un tiempo, mientras aguante el cuerpo los embates del cigarro y los tragos.
Hoy difícilmente aguante mucho rato, no es que este muy viejo, pero como diría el buen Chileno, estoy algo carreteado, pero lo que más me tiene conforme, es que aún tengo esa faceta de bohemio a pesar del tiempo.
Nada como un buen bar, buena música y una buena compañía...
Ayer volví a intentar ser bohemio, claro, estoy algo más viejo, aún así, en la barra de aquel bar, disfruté de una velada bastante agradable y que extrañaba hace bastante tiempo.
Recuerdo de los personajes que giraban en torno a una copa de alcohol, a la música, el jazz... Recuerdo también una canción “Take Five” interpretada por Dave Brubeck Quartet que sonaba en ese momento y miraba a Rodolfo, el amigo bohemio que estaba al lado mío y le dije:
“Puta que es buena esta canción hueón”. Dije con un tono efusivo.
“Si hueón, está como para fumarse un cañito”. Dijo Rodolfo con cara de cabro chico malo.
“Jajá, hace tanto tiempo que sólo le doy a mis pulmones tabaco mezclado con mierda”. Le dije con un tono de risa.
“Si caché hueón, estai muy bueno pal puchito”. Me dijo en tono de recriminación.
Así pasamos un buen rato intercambiando comentarios, unos bastantes graciosos por lo demás y recordamos juntos las épocas veraniegas, cuando salíamos a hablar de la vida, y nos acompañaban las chelas, un pitito y los puchitos infaltables para las tertulias.
Habían buenos exponentes del sexo opuesto, más de alguna se acreditó un aplauso y su correspondiente cara de vergüenza, aunque hubo una en especial, que sólo se remitió a reír y dar las gracias.
Ya con varias copas encima del cuerpo, decidí emprender el camino de retorno a casa, me despedí de mi compadre y comencé el viaje de regreso.
Expeliendo humo y algo pasado a piscolas, llegué a casa... No había nadie, así que me hice un Express, de esos que te resucitan el alma y a la cama.
Amanecí con una resaca de la puta madre, pero con un sentimiento alegre, había vuelto atrás en los años, donde solía pasar la noche con los amigotes en bares de Santiago, incluso algunas veces, nos subíamos al escenario y cantábamos alguna canción de Silvio o de Inti y sacábamos aplausos y más tragos.
En esos bares conocí muchas cosas que en ese tiempo consideraba de películas.
Es un mundo bastante particular y bastante atrayente durante un tiempo, mientras aguante el cuerpo los embates del cigarro y los tragos.
Hoy difícilmente aguante mucho rato, no es que este muy viejo, pero como diría el buen Chileno, estoy algo carreteado, pero lo que más me tiene conforme, es que aún tengo esa faceta de bohemio a pesar del tiempo.
Nada como un buen bar, buena música y una buena compañía...
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